sábado, 5 de enero de 2013

"El Estado es proxeneta"

Sonia Sánchez nació en la localidad de Villa Angélica en la provincia del Chaco, a los 17 años viajó a Buenos Aires para trabajar como empleada doméstica, pero fue privada de su libertad, por una red de trata de personas que la llevó a Río Gallegos donde fue explotada sexualmente durante seis años.
A partir de ese momento su vida estuvo atravesada por la trata y la prostitución, por los negocios que realizaban con ella, el maltrato y la discriminación.
Partiendo de esas experiencias es que  nació su libro “Ninguna mujer nace para puta”.

-¿En que te inspiraste para escribir el libro?
- El libro nació primero, como una muestra, qué se llama: "Ninguna mujer naca para puta", y fue tal el éxito que tuvo esta muestra en el Centro Cultural Borges, en la Ciudad de Buenos Aires que la gente me preguntaba: "¿qué más?, ¿qué más?". Así que nos sentamos un día con María Galíndo y comenzamos a escribir el libro, que es una reflexión profunda entre dos mujeres, de mundos muy diferentes: entre la puta y la no puta, entre una lesbiana y una puta, es una reflexión profunda sobre el tema de la prostitución y es llamar las cosas por su verdadero nombre.

-¿Con que se puede encontrar el lector que quizás se impresione a la hora de leer las líneas?.
- Se va a encontrar con una realidad que todos y todas maquillamos, el libro "Ninguna mujer nace para puta" te va a hablar sobre la soledad de una puta, no te va a hablar sobre el trabajo sexual, te va a hablar de un estado proxeneta, te va a hablar de la violaciones de estas mujeres, te va hablar de una familia fiola, te va hablar de que hay otras formas de organizarse y como nos estamos organizando hoy las mujeres. El lector se va encontrar con un mundo muy diferente al que no esta acostumbrado y que él ve como prostitución.

Vos fuiste víctima de trata de personas.
- Si, cuando todavía no se hablaba de la trata. Yo no tenía todavía 18 años, estaba por cumplirlos y ya vivía presa acá en la Cuidad de Buenos Aires, por puta, 21 días, y después, me llevan a Río Gallegos, a un lugar conocido como "las casitas", que en ese entonces estaba en el barrio Belgrano, era el lugar top en ese momento, eramos 10 mujeres, y nada... me violaron.

- Entonces el libro es una experiencia de vida.
-Si, pero en el libro no te vas a encontrar con temas para alimentar tu morbo. Yo he tenido que hacer un regreso a la puta esquina dónde he estado, para pensar de vuelta y después poner en reflexión, el libro no es el morbo para nadie, sino que es pura reflexión, por eso es muy fuerte.

-Llevando el tema al ámbito político, el gobierno llevó adelante algunas medidas para combatir la trata de personas, estoy hablando del rubro 59, ¿que opinión tenés?.
- Me parece muy bueno, pero en realidad en la práctica no funciona para nada y me parece que el gobierno tiene que ir para más, a mi me pareció eso pobre todavía, por que en realidad no está el rubro 59 pero esta el rubro 47, de hecho yo hace dos semanas que vengo de Río Gallegos y ahora está el rubro 47, con los mismos números, con todo, entonces hecha la ley hecha la trampa, yo creo que el decreto tendría que haber ido por más.

-¿ Qué medidas serían las que se podrían implementar?.
-Primero para mí la prostitución es la violación de los derechos económicos, sociales y culturales, para eso el Estado se tiene que hacer cargo, todos y todas desde la Presidenta para abajo, y mientras estos derechos están siendo vulnerados, va a existir la prostitución, va a existir el proxenetismo y va a existir la trata. Entonces, ¿a mí que diablos me importa de un decreto?, si mis derechos sociales, económicos y culturales estan siendo violados, ¿de me ayuda a mi el decreto ese?, en nada, por que voy a seguir siendo la puta en esa esquina o en aquel burdel.

-No hace falta publicar en el diario.
-No, por que esencialmente mis derechos, están siendo violados, que es lo principal, entonces un decreto no me esta ayudando, vamos por más, y vamos realmente a atacar de fondo lo que es esto. El decreto lo que ha tocado, es solo una parte, los medios masivos, ¿y los otros qué?. El proxenetismo inmobiliario no lo tocó, al proxenetismo y a los tratantes piolas, y el prostituyente menos. Si me das esto dame todo, si quieres realmente tener un trabajo bueno, sino no va, por eso digo que está todo a medias. Por que en realidad, la prostitución sostiene todo los sistemas habidos y por haber, hasta el socialismo de Fidel Castro es sostenido por las putas de allá, por las jineteras, entonces, no me jodas, ¿quién va a querer terminar con la prostitución?.

- También está el negocio de los diarios, los clasificados ganan millones y millones.

- Si claro, millones y millones. Bueno, el decreto tocó eso pero en realidad nadie lo cumple, salió este rubro y lo ponen al otro, todo el mundo se sostiene a través de la prostitución, por eso es el gran negocio, el gran negocio de los cuerpos, de mujeres de niñas y niños.

- Y los consumidores también.
- Yo no hablo de consumisión, por que a mi no me consumis, yo he sido puta , tocame no me falta un brazo, no me comiste el brazo, me explotaste sexualmente. La puta no da servicio, los prostituyentes no compran sexo, practican la violencia como sexo. Las putas no vendemos nada por que no somos kiosco no somos el mercado chino, no somos Coto, no vendemos nada y los hombres tampoco compran nada, así que dejen de maquillar la realidad, lo que los hombres hacen es practicar la violencia como sexo.

- ¿Te parece que una buena política sería implementar educación sobre violencia de género en las escuelas?
-En todos lados. De lo micro, yo digo de lo micro, hablar con tu novio, hablar con tu hermano, a ver: "¿por que fuiste de putas y por que sigues yendo de putas?". Con la familia, empezar desde la familia y la escuela e ir a todos los espacios, sino no los detenés.

-Siempre es tabú el tema, ¿Por que crees que nadie lo habla en la familia?.
- Por que somos hipócritas, yo como mujer señora dueña, se que él se va de putas pero me voy a callar, por que yo tengo que seguir sosteniendome esta cosa de buena familia, y de ser la señora, total la otra esta allá haciendo otra cosa, a mi no me importa, yo tengo que mantener mi cosa de lugar de señora, hablo de esa hipocresía. Y la hija niega por que no puede ver al padre un hombre violento, por que es el padre, entonces el ir de putas esta bien, no es una violación. Los hombres que van de putas tiene que saber que sus penes en la prostitución son picanas, sus palabras son morbosas, por eso yo hablo de la prostitución como un campo de concentración, por que la marca que lleva la puta es la verguenza y el dolor, y no te lo sacas más, por más que tomes la palabra y te apoderes de tu cuerpo, la verguenza y el dolor no te lo saca nadie.

-Entonces, ¿sino son cooptadas por las redes, eligen ese camino por la falta de oportunidades?
- No hay elección, es inducida, por eso digo, cuando tenés tus derechos violados terminas siendo puta, o explotada laboralmente, de alguna forma terminas explotada.

- Entonces, ¿se habla de la mujer como una mercancía?.
- La mujer es una mercancía, yo no hablo de un estado patriarcal, sino de un estado proxeneta, y cuando vos hablas de un estado proxeneta te queda clarito tu lugar de objeto sexual como mujer.

- Muchas veces tampoco hace falta que haya sexo de por medio para que la mujer sea una mercancía.

- De hecho si yo quiero vender un helado tengo que mostrar el culo, por que yo digo que sos un objeto sexual en un estado proxeneta.

- ¿Y los medios de comunicación?, por ejemplo el programa Showmatch.

-Ah, eso es una escuela de putas. Showmatch es una escuela de putas, para las niñas que están mirando, vas a ser exitosa si mostras el culo y te haces las tetas, vas a ser exitosa si el tipo te corta la pollerita, esa es una escuela de putas fantástica, encima aceptada por todas y todos.

- ¿Crees que ahí también el gobierno tiene un doble discurso que por un lado condena y por el otro permite?.

- Condena al otro, pero acá está bien y eso es absolutamente una escuela de putas, y cómo denigra a la mujer, ¿el decreto?, ¿qué pasa con el decreto ahí en el programa de este hombre?, lo que pasa es que tiene tanto poder tanta plata, te callas la boca. Y eso es todo hipocresía, ¿como trabajas contra eso?.

Locas por los derechos

Durante décadas la lucha contra la violencia de género ha sido caracterizada por que las mismas personas que debían ser protegidas, han sido quienes tuvieron que levantar las banderas de la igualdad, la justicia y el compromiso de romper el silencio y los esterotipos.
Las mujeres que se han dedicado a luchar por una sociedad más justa, a exigir que se respeten sus derechos, a defender lo que les pertenece, siempre han sido vistas por la sociedad machista como "las locas esas", más de una vez alguien habrá escuchado decir: "¿que quieren ahora?, que se vayan  a lavar los platos o atender a los hijos", pero este tipo de argumentos no son nuevos.
Desde los inicios de la historia la mujer siempre ha sido culpabilizada y perseguida, estigmatizada y reducida. Desde el Génesis en la Biblia que habla de una mujer creada a partir de la costilla de un hombre y  la "Santa Inquisición", entre otras cosas. Así hasta el día de hoy que la iglesia sigue atrasando los tiempos de la evolución social, impidiendo por ejemplo que las mujeres ejerzan su legítimo derecho a elegir que hacer con sus cuerpos.
Los discursos que colocan a la mujer en el lugar de "ama de casa/madre/esposa/niñera", se han perpetuado en el tiempo, han sido aceptados y naturalizados, pensar en una mujer que reclama derechos, para algunos sectores de la sociedad es escandaloso, inaceptable, "¿para que quieren derechos?", dirán algunos...
A nivel masivo, los medios de comunicación son una de las grandes vías donde las prácticas que pretenden legitimar el discurso de que las mujeres son objetos,  son vistos día a día por millones de personas, en las publicidades de productos para el hogar o electródomesticos, la mujer siempre queda en el mismo lugar: la cocina. En los programas de televisión el rol femenino siempre es igual: la cara bonita, o el culo o las tetas.
Pasando al plano educativo, es un hecho histórico y conocido por la humanidad que las mujeres no tenían permitido estudiar, que cuando lograron hacerlo sólo eran carreras que los hombres consideraban que eran aptas para cursar. Aún hoy, tanto la escuela, como las universidades siguen siendo espacios donde se discrimina y relega la imágen de las mujeres, dónde no existe una reivindicación de los personajes femeninos que han sido parte de la historia, donde la mayoría de los textos que se leen en materias como lengua y literatura son solo de hombres; en el mismo sentido es el ámbito educacional dónde los niños y niñas realizan los primeros pasos en la socialización y es justamente ahí donde puede verse como los más chicos reproducen el modelo de suboridnación de los varones sobre las mujeres que traen desde sus casas.
Sin olvidar los mandatos sociales que colocan a la mujer en el lugar de un objeto de posesión, cosificandolas, reduciendolas a cumplir roles que al parecer sólo ellas y nada más que ellas pueden llevar a cabo, como el cuidado de los hijos, la limpieza del hogar, atender al marido/novio... la mujer a demás tiene  la obligación de casarse/juntarse/convivir con alguien al menos una vez en su vida para no quedarse "solterona", es la que tiene que bancarse lo que sea para que los demás no hablen de ella, la que tiene que dejar de lado sus planes personales para ponerse al frente de una familia, la que es maltratada cuando reclama, la que es dejada de lado cuando exige, la que es golpeada y violentada de las peores formas, utilizada, vendida, comercializada...
Resulta difícil, lamentable y  triste no saber en los tiempos que corren de los distintos hechos de violencia a los que las mujeres son sometidas... y no solo por hombres, sino también por mujeres que recrean los discursos machistas: cuando van a trabajar, cuando van estudiar y hasta cuando van a parir... cuando han sido víctimas de un hecho violento y con todo el dolor físico y emocional que esto implica, se animan a denunciar y siguen siendo maltratadas en las instituciones por las que deberían ser protegidas, siguen siendo vistas como la culpable, como la que "algo habrá hecho", como la que se merece ser castigada...
La violencia contra las mujeres esta naturalizada, aceptada en forma tácita, arraigada en la sociedad, a veces sólo basta con una palabra, con una pequeña acción, para que la violencia se haga presente, y aquellos que son víctimas entran en el círculo de la violencia que a veces parece interminable, y que para muchas lo ha sido.
Ha llegado el momento de reflexionar, es claro que cada vez son más las mujeres que se animan a contar por lo que les ha tocado pasar, cada vez son más las que aún sin haber sido víctimas de violencia física se animan a romper con la violencia diaria, en la calle en el trabajo y en todas partes donde se haga presente, cada vez son más las voces que se suman a los pedidos de justicia por aquellas que no fueron auxiliadas a tiempo, cada vez son más los que deciden no permanecer indiferentes.
Ha llegado el momento de cambiar, de comprender, de hablar y de escuchar, de participar, de saber que hoy le tocó a la de al lado, pero que mañana me puede tocar a mí, de apropiarse de los discursos y luchar, de dejar de ser la discriminada, de plantarse y decir que tenemos derechos, sobre nuestros cuerpos y vidas.
Es necesario educar en igualdad, para que los que ocupen mañana nuestros lugares sean más tolerantes y menos violentos, y sobre toda las cosas este el momento de sumarse a las luchas y a los pedidos, que las que salen a la calle levantando las banderas que piden leyes que protejan a todas las mujeres, niños y niñas, no sean señaladas como "las locas esas" que reclaman pavadas, si nos ponemos a pensar, somos mayoría, y en tal caso "las locas" son muchas, como la que escribe esta nota.